Durante 99 ediciones hemos llevado a nuestros lectores contenidos moldeados y respaldados por el objetivo que nos ha guiado desde el comienzo de esta aventura editorial, “descubrir el placer de vivir mejor”. En esta edición número 100 quisimos compartir con ustedes otro pequeño secreto que siempre ha estado vinculado a ese objetivo: lo que está detrás de una vida más plena es, realmente, ¡la felicidad!
Esta edición especial profundiza precisamente en acciones sencillas y concretas a través de las cuales es posible descubrir que vivir mejor es el resultado último de ser feliz, de vivir en felicidad. Y esto no es una utopía, no es ciencia ficción, ser feliz es una realidad que puede ser alcanzada por todos sin distinción, pequeños pasos a la vez, solo hace falta quererlo y gestionarlo.
¿Qué significa que la felicidad deba quererse y gestionarse? Pues muy sencillo. Para que pequeñas acciones o pasos funcionen correctamente como herramientas para llegar a la meta propuesta (vivir una vida mejor como consecuencia de la felicidad que la embriaga), es necesario que se conviertan en hábito. Evan DeFilippis, director del programa ‘Innovations for Poverty Action’, explica que solo hacen falta 20 minutos diarios para convertir pequeñas acciones en un hábito de consecuencias tan positivas que puedan durar toda la vida. Él lo ha llamado “la regla de los 20 minutos”.
DeFilippis explica que el ser humano es exitoso en la tarea de dejar de lado lo que realmente quiere hacer y ser, mientras utiliza su tiempo para cosas que no lo convierten en una mejor persona, una persona más feliz. Así que, para sensibilizarnos hacia las oportunidades que pueden mejorar significativamente nuestras vidas, es necesario que estructuremos nuestras rutinas para no malgastar el tiempo.
“La regla de los 20 minutos” se explica así: antes de irte a dormir acostúmbrate a leer un libro, aprender un idioma, practicar algún instrumento, estirarte o meditar, a hacer actividades que te ayuden a ser mejor persona. Si al llegar a casa de un largo día de trabajo no tienes energía para hacer algunas de estas actividades o no llegas a completar los 20 minutos por culpa del cansancio, ¡pues acuéstate a dormir! Es así de sencillo.
Agradecemos a Jiancarlos Bustillos
Fuente: http://bit.ly/1gLAuWp






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