domingo, 28 de septiembre de 2014

Oficio vs. Profesión

Luisa Cárdenas es una joven de 21 años, estudiante de Comunicación Social, que aprovechó su gusto por la moda y su habilidad con la nuevas tecnologías para crear un espacio en el que su estilo y percepción de la moda fueran los protagonistas. Luego de buscar asesoría publicitaria, medio en el que se ha desenvuelto desde pequeña en Barquisimeto, nace el blog “Una Tal Luisa”. Ha transcurrido un año y medio de su lanzamiento y hoy Cárdenas cuenta con más de tres mil seguidores en Twitter, ha pasado los ocho mil en Instagram y atiende innumerables visitas y comentarios en su página personal a diario. Ciertas marcas han visto en ella la imagen perfecta para atraer compradoras, por lo que algunas han pautado publicidad en su blog, otras la invitan a eventos de lanzamiento de productos y hasta la buscan para contratarla como embajadora de sus bondades a través de las redes sociales y eventos temáticos.


Ante la controversia que esta actividad parece suscitar, Cárdenas explica que cuando ella comenzó sabía, por experiencias conocidas en España y Estados Unidos, que esto podría convertirse en un negocio, pero que no se trata de hacer dinero a toda costa. Reconoce que ha rechazado ofertas de marcas que le proponen representar productos que no encajan con su imagen y que, por otra parte, si se encuentra un producto en el mercado que es de su agrado, ella no espera que la marca le retribuya económicamente una mención positiva en su blog o en las redes. Para aquellas marcas que sí son de su interés, Cárdenas ha ideado un ´media kit`, con las tarifas correspondientes a los servicios que ella puede prestar.


Punto de vista criollo


Con el fin de conocer el otro lado de la moneda, buscamos la opinión de dos periodistas especializadas en moda acerca del alcance y la influencia de los ‘fashion bloggers’ en Venezuela. Para Amira Saim, editora y cofundadora de la revista digital “Dress Code”, es importante diferenciar entre un ‘blog’ de moda, aquel que de manera profesional se dedica a reseñar tendencias, conoce de telas, historia y es capaz de brindar un análisis en un lenguaje que sea comprensible y atractivo para todo tipo de público, de un ‘egoblog’, que muestra sólo la opinión y la visual de un personaje que usa prendas de vestir bien combinadas.


Por su parte, Anabel Borges, periodista y empresaria de moda, creadora del blog “Anabo Café”, considera que el ‘blog’ de estilo o ‘egoblog’ depende de la imagen y la juventud de la persona, mas no de su conocimiento en moda o de lo que tiene que aportar para el avance de la industria. Añade que la gran influencia que estas chicas (y algunos chicos) ejercen sobre el público y las marcas se debe, en primer lugar, a que el público no tiene tiempo de profundizar en sus temas de interés y suele quedarse en la superficie, sólo para responder a la pregunta de “¿cómo debo vestirme?”.


Ambas coinciden en que el negocio de la moda está dando sus primeros pasos en el país y que aún quedan tareas pendientes como crear más medios especializados en el área, brindar más opciones de estudios periodísticos dentro de nuestras fronteras y motivar al público a exigir mayor calidad en los contenidos que abarquen esta fuente.


Saim apunta que el error reside en otorgarles autoridad a los ‘fashion bloggers’ para opinar sobre la moda cuando en realidad, su rol debería ubicarse, más bien, en el terreno del mercadeo, ya que muchas de estas jóvenes sirven como modelos de marcas que las patrocinan, pero no son periodistas o especialistas, aunque no descarta que puedan nutrirse los unos de las otras. De acuerdo con esto, Borges enfatiza en que el contenido de un ‘egoblog’ es meramente subjetivo, hecho que se aleja del quehacer periodístico, en el que debe prevalecer el juicio crítico fundado en la experticia y en un compromiso por informar sobre el contexto o la historia detrás de cada temática que se elabora.




Agradecemos a Jiancarlos Bustillos

Fuente: http://bit.ly/1gLAuWp

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