Padres e hijos pueden trabajar juntos para afrontar esta enfermedad impredecible de la piel y tratar de disminuir sus síntomas e incluso desaparecerlos por tiempo prolongado.
Cuando María de los Ángeles bañaba a su bebé de dos años, notó una erupción inquietante que la llevó a la consulta del pediatra. El médico le confirmó un diagnóstico que ya anticipaba: su hijo David sufría de psoriasis. La abuela, una tía y ella también la padecen, de allí sus sospechas. Comenzaba el largo camino de David en el combate de esta afección de la piel.
La psoriasis es una enfermedad cutánea psicosomática no contagiosa que se manifiesta con lesiones rojizas, descamación, y algunas veces picazón o ardor y que no tiene cura. El dermatólogo de la clínica Santa Sofía, Antonio Rondón Lugo, la describe como sistémica, inflamatoria, proliferativa, crónica, que evoluciona por brotes y se manifiesta en la piel, mucosas, uñas y articulaciones con características particulares, influenciada por múltiples factores que pueden desencadenarla o agravar su evolución.
Cuestión de edad
El especialista señala que dependiendo de dónde se localice se puede confundir con otras enfermedades de la piel como dermatitis seborreica, candidiasis, tiña, granuloma anular, etcétera, por lo que establecer un diagnóstico preciso mediante una biopsia resulta sumamente importante.
La psoriasis se puede presentar desde el nacimiento hasta una muy avanzada edad. Generalmente comienza en la segunda década de vida, es decir, son los llamados adultos jóvenes quienes más la padecen, por lo que hay pocos estudios sobre la prevalencia de esta enfermedad en niños. La organización Acción Psoriasis de España señala que en ese país se sabe que 16% de los casos de psoriasis pediátrica se da en niños menores de un año, 27% entre uno y dos años y 57% entre los 12 y los 16 años de edad.
Aunque la prevalencia es menor en niños que entre la población adulta, el impacto en la calidad de vida de éstos es significativa, dado que una enfermedad en la piel se marca rápidamente como una diferencia, especialmente si las lesiones son grandes y muy visibles. Si la psoriasis se manifiesta por primera vez en la adolescencia, los pacientes tienden a encerrarse en su casa, con consecuencias sociales y especialmente sentimentales muy importantes sobre la formación de su personalidad.
Agradecemos a Jiancarlos Bustillos
Fuente: http://bit.ly/1gLAuWp
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