lunes, 25 de agosto de 2014

Cirugías

Contar de manera regresiva mientras se suministra un gas especial por las vías respiratorias es quizás una de las imágenes que más asociamos a las cirugías y al hecho de estar en un quirófano, pero ¿cuál es realmente el papel de la anestesia en una cirugía? Y más importante aún, ¿cuál es el rol del anestesiólogo durante los procedimientos quirúrgicos?


Un médico anestesiólogo, o una enfermera anestesista titulada, son los encargados de vigilar, medir y controlar las dosis de anestesia que se le aplican al paciente. Además, ellos son quienes le acompañarán antes, durante y después del procedimiento. Su papel es fundamental porque supervisan los signos vitales y miden el nivel de profundidad durante el sueño para que el paciente no sienta dolor alguno.


En lo que a los medicamentos que se administran y su forma de aplicación se refieren, la anestesia se agrupa en cuatro tipos, y varía dependiendo del tipo de cirugía que a que se vaya a realizar. Ellas son:


-Local: adormece solo una parte del cuerpo. El paciente permanece despierto en todo momento. Es usada con frecuencia en operaciones odontológicas.


-Sedación consciente o intravenosa: la persona permanece despierta durante la operación, pero es muy probable que lo olvide luego de la cirugía. Los medicamentos administrados calman el dolor y el sedante aplicado es dócil.


-Regional: se bloquea el dolor para una parte específica del cuerpo, pero el paciente permanece consciente. Las anestesias epidural y raquídea son algunas muy comunes, éstas ayudan en cirugías del área genital, en partos o en procedimientos en las piernas.


-General: la persona queda totalmente dormida y no recuerda ni siente ningún tipo de dolor. Se utiliza en procedimientos que serían muy dolorosos de soportar estando despierto, además que sin ella habría un nivel muy alto de ansiedad y esto afectaría el ritmo respiratorio y cardiaco del paciente.


¡Importante!


Existen algunos medicamentos que pueden causar alteraciones con la anestesia: se recomienda detener la ingesta de aspirina, ibuprofeno, wafarina, naproxeno y otros fármacos que alteren la coagulación de la sangre. Además, se debe paralizar por completo el consumo de alcohol y tabaco días previos a la operación. También es recomendable consultar al médico sobre las comidas, suplementos vitamínicos y remedios alternativos que se está consumiendo, sobre todo un mes antes de la cirugía.




Agradecemos a Jiancarlos Bustillos

Fuente: http://bit.ly/1gLAuWp

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