sábado, 30 de agosto de 2014

¿Y si en vez de…?

Detente un momento y ponte a pensar en esta lista. ¡Seguramente te resultará útil!


- Hacer el oficio de la casa mientras hablas por teléfono, te tomas el tiempo de escuchar las quejas de tu amiga para poder aconsejarla.


- Amontonar ropa vieja en una bolsa para soltarla en el primer hospicio que encuentres, te dedicas a clasificarla, doblarla y colocarle una nota que diga: “espero que consigas un buen trabajo con esta blusa”.


- No esperar a que se soliciten donantes de sangre por Twitter, te acercas a un centro de salud y lo haces por tu cuenta.


- Vaciar el anaquel del automercado, compras lo que necesitas y dejas algunos productos para los que vienen detrás.


- Estar absorto en tu celular mientras vas en el ascensor, le regalas una sonrisa a los presentes.


- Pagar tu cuenta en la panadería e irte, no pagas un café extra y le regalas esa sorpresa al siguiente de la fila.


La generosidad es sanadora si es…


- Variada: no es lo mismo ser educadamente amable que creativamente generoso.


- Oportuna: no es lo mismo la amabilidad rutinaria que la generosidad espontánea.


- Desinteresada: es mejor ser un cálido desconocido que un prepotente salvador.


- Placentera y tener significado para quien la realiza: los sacrificios tienden a desgastarnos y producir angustia y sufrimiento.


- Equilibrada: ni indiferencia, ni crueldad, ni intromisión, sino en su justa medida.




Agradecemos a Jiancarlos Bustillos

Fuente: http://bit.ly/1gLAuWp

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