Estando cerca de mis 30 años, tenía 10 kilogramos de sobrepeso y claramente en mi oficio como periodista, llevaba una vida sedentaria. A eso, le sumaba mi mala alimentación que era desordenada llegando a ingerir más calorías de las que necesitaba mi cuerpo. Alimentos procesados, grasas saturadas, harinas refinadas y el azúcar eran parte de mi dieta. Cada día sumaba gramos de grasa a mi cuerpo y no era consciente de ello.Aunque los fines de semana hacia algo de deporte montando bicicleta con mis amigos, mi rendimiento no era el mejor. Los kilos de más eran claramente una carga que me hacía más lento; una capa gruesa que se agrupaba mayormente en mi abdomen y piernas.Cansado de esto, empecé a seguir en redes sociales cuentas fitness y deportivas que rápidamente empezaron a generar conciencia de mis fallas y estado físico. Por medio de estas redes conocí un programa de entrenamiento que se ajustaba a mis requerimientos.Mi falta de tiempo y el clima bogotano hacían que empezar un... Leer más.
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