En una sociedad que nos incita al consumismo y a la pleitesía hacia lo material, debemos hacer un esfuerzo porque las fiestas tomen el rumbo adecuado. Ciertamente, son fiestas llenas de símbolos que van desde los alimentos y la decoración hasta el vestuario y los regalos, pero es el valor de la calidez humana, según Edith Zerpa, orientadora familiar y miembro de la Sociedad Venezolana de Psicología Positiva, lo que debe guiar la preparación material y espiritual de estas fechas.
Esta época está llena de retos para las familias, por eso, es importante que los líderes de cada clan se reúnan para establecer los lineamientos y lleguen a acuerdos previos a la celebración, de manera de evitar malos entendidos que enturbien el ambiente festivo. A continuación, algunas de estas situaciones y las sugerencias que Zerpa aporta a cada caso:
- Mi familia, tu familia. La mayoría de los desacuerdos de las parejas, durante estas celebraciones, tienen que ver con la repartición de las fechas entre las dos familias de origen, ante la imposibilidad de celebrar todos juntos. La orientadora familiar afirma que es importante tener criterios de satisfacción establecidos antes de tomar una decisión en términos de ganar-ganar.
Existen múltiples combinaciones que pueden establecerse para que todos se sientan satisfechos: pasar todas las fechas importantes en las dos casas (un rato en una y otro rato en otra), dividir las fechas y alternarlas año a año, mover la celebración de horario o fecha, etc. Para tomar una decisión, se podría ponderar en qué familia hay más niños que adultos, por ejemplo, para pasar la víspera de la Navidad, o qué familia tiene un ritual especial, digno de no perderse, en Año Nuevo. La idea es que padres e hijos disfruten lo mejor de cada familia y estén dispuestos a contribuir con la diversión.
- La responsabilidad de uno. Por lo general, la organización de las fiestas recae sobre una sola persona, quien puede llegar a la fecha festiva cansada, malhumorada y estresada a tal punto de arruinar este período tanto para sí mismo como para los demás. Zerpa recomienda tomar en cuenta tres aspectos: primero, organizar las tareas y establecer prioridades, admitiendo lo que se puede hacer y lo que no. Segundo, delegar, de acuerdo con las capacidades de cada quien, parte de las actividades inherentes a esta temporada. Y tercero, balancear el tiempo dedicado a las obligaciones y al disfrute.
El delegar reporta beneficios para todos los miembros de la familia. Quien antes se encargaba de todo, ahora tendrá una actitud más relajada, empática y agradecida y quienes se involucran en estas tareas, vivirán estas fechas de manera más proactiva, llevadera y satisfactoria.
- Tensiones encontradas. El temor de reunir a personas que, a pesar de familia, no se llevan bien o han tenido alguna desavenencia durante el año pueden manejarse, tal como indica Zerpa, al llamar por separado a los involucrados en el conflicto e invitarlos a reflexionar sobre su estado emocional actual y sus expectativas emocionales durante la celebración. A partir de allí, si se dan cuenta de lo que ganan y pierden, si se sensibilizan, se podría esperar que tal reflexión renueve la confianza y les provoque de manera espontánea compartir instantes de emociones positivas, que los lleve a pedir perdón, perdonar y liberarse de aspectos negativos.
- ¡Los regalos! Las festividades de diciembre están vinculadas a los niños y éstos a los regalos. Pero hay que recordar que estas fechas son propicias también para transmitir los valores, las creencias y las tradiciones familiares. Por esto, Zerpa sugiere que la familia se tome el tiempo de explicar qué significan las creencias y por qué los regalos afectivos son más importantes que los materiales.
Para la especialista, lo ideal sería acostumbrar a nuestros niños a mantener expectativas modestas con respecto a los regalos e invitarlos a confeccionar presentes para toda la familia, en los que el cariño sea el ingrediente principal. El agradecimiento es el mayor regalo que se le puede dar a un familiar que dedicó tiempo y esfuerzo en nuestro regalo.
- Las separaciones. La alegría de diciembre tiene que ver con la depresión de enero, con las despedidas. Para Zerpa es importante hacer un cierre en tres fases para salir airoso de la situación. La primera consiste en agradecer los momentos compartidos. La segunda, perdonar y pedir perdón por los posibles impases. Y la tercera, expresar qué aspectos especiales se llevará cada persona de la otra.
Agradecemos a Jiancarlos Bustillos
Fuente: http://bit.ly/1gLAuWp






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