viernes, 16 de enero de 2015

En carne propia

Pablo Gerbasi, de 31 años, comenta que fue su mamá de 54 años de edad y quien logró rebajar más de 10 kilos, quien lo motivó a probar el ayuno intermitente y que, al ver sus resultados positivos, decidió implementarlo como parte de su vida. Con más de un año de práctica, Gerbasi aplica el ayuno cada 16 horas y en las ocho horas restantes del día hace dos comidas sanas y balanceadas.


“El ayuno lo he adaptado a mi día a día. Es un sistema bastante flexible. Si generalmente te saltas las cenas pero por

casualidad tienes un evento, puedes romper la “dieta”. En mi caso lo que hago es rodar mi ciclo de ayuno o al día siguiente trato de comer mejor o, simplemente, extiendo un par de horas más mi abstinencia”, explica.


Lo que se busca con el ayuno intermitente es que el cuerpo se sienta en la obligación de trabajar por sí solo, de realizar un esfuerzo y no obtener la energía por la vía fácil, que es la ingesta de alimentos. Además, si constantemente se está en proceso de digestión el organismo se centra en ello y descuida funciones vitales como la defensa contra infecciones virales o posibles enfermedades, explica el Médico Karmelo Bizkarra, autor de “El poder curativo del ayuno”.




Agradecemos a Jiancarlos Bustillos

Fuente: http://bit.ly/1gLAuWp

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