Cuando la sexualidad se vuelve rígida, coercitiva o estrictamente limitada, a cierto factor, cualquiera que sea, puede llegar a convertirse en un malestar mayor a la privación, de modo que se hace necesario pedir ayuda.
En estos casos, Antúnez recomienda un tratamiento global, para establecer las condiciones fisiológicas y/o emocionales que pudieran estar originando y manteniendo la disfunción.
Si se tiene pareja, resulta mucho más efectivo un abordaje que los involucre a ambos, aunque siempre será decisión del paciente y debería complementarse con terapia sexual para abordar las alternativas y herramientas operativas para ampliar el guión y capacidad de disfrute.
Por último, su mensaje sería aprovechar el espacio de reflexión para buscar apoyo terapéutico no solo para superar las dificultades, síntomas y molestias típicos de estos contextos, sino también para sacar provecho de la esfera emocional, sexual y hasta reproductiva.
Agradecemos a eys
Fuente: http://bit.ly/1gLAuWp
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